Si estás leyendo este artículo, deseo que sea en un lugar tranquilo y sin prisas, donde estés disfrutando de ti y de los tuyos. Esto significaría que estás de vacaciones. Enhorabuena.
Si aún no has cogido vacaciones este verano, no te preocupes, aún estás a tiempo. Espero que al finalizar este artículo tomes una decisión.
Descansar o no descansar, esta es la cuestión.
¿Qué suele pasar cuando nos vamos de vacaciones? Los primeros días son un poco raros, nos podemos sentir nerviosos y nos cuesta dormir, aunque lo deseemos. Es normal, imagínate que eres un coche que va a 200 km/hora, ¿qué haces para frenar? Si echas el freno de mano bruscamente el accidente está garantizado. Por tanto, necesitas levantar el pie del acelerador y luego ir pisando poco a poco el freno hasta alcanzar la velocidad deseada para finalmente parar. Pues con las vacaciones ocurre lo mismo, no podemos parar de la noche a la mañana. Necesitamos unos días y poco a poco nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra emoción se va adaptando al nuevo ritmo de las vacaciones. Así suele pasar la primera semana y después empezamos a disfrutar del descanso. Si no es así, tienes un pequeño problema. Es posible que sigas en contacto con el trabajo durante las vacaciones y esto no te permita desacelerar o parar como deseas.
Por otro lado… ¿cuántos días coges de vacaciones? ¿durante cuántos días eres capaz de ausentarte de tu empresa? ¿está tu empresa preparada para ello? O, mejor dicho, ¿estás preparado o preparada para ello? Espero que sean más de 15 días los que tengas de vacaciones, si no es así, tienes otro pequeño problema.
Yo recomiendo lo mínimo: un mes en verano. Y añado períodos de una semana (al menos dos) a lo largo del curso, además de algún que otro puente. Y ahora es cuando te surge la siguiente pregunta: ¿cuándo trabajo entonces para generar ingresos? La respuesta a esta cuestión está en la base de nuestro modelo de productividad, ya que asociamos el número de horas de trabajo a la rentabilidad. Este es uno de los paradigmas obsoletos de nuestra manera de hacer empresa. Ya está ampliamente demostrado que esta relación no es directa, al contrario, llega un momento en el que la curva se vuelve decreciente y, a mayor número de horas, menor rentabilidad. Esto se debe a que el cansancio nos hace ser menos efectivos, perder visión estratégica, escuchar menos a nuestros clientes y, por tanto, tomar peores decisiones. Por no hablar de los efectos en la salud y en la vida social y familiar de este modelo.
También puedes pararte y preguntarte la rentabilidad de estos días de verano, si realmente merece la pena estar trabajando para las demandas o servicios que te solicitan. Esto es independientemente del sector al que te dediques, ya que si tienes una alta demanda y ahora no puedes descansar, puedes trasladar estas reflexiones a otras etapas del año en las que si puedas tomarte tus vacaciones. Si lo que te ocurre es que tienes una alta demanda durante todo el año, probablemente tengas un problema de confianza y delegación en otras personas y por eso sigues trabajando en verano. Tendrás que plantearte ir formando una mano derecha para cuando no estés. Esta es una de las grandes tareas de los líderes conscientes.
¿Y ENTONCES, PARA QUÉ DESCANSAR?
Te propongo cinco razones poderosas para tomarte tus merecidas vacaciones y descansar:
1. La más pragmática: La rentabilidad. Aunque te resulte paradójico, si realmente quieres hacer algo diferente y ganar dinero, empieza a tomarte en serio las vacaciones y los periodos de descanso.
2. La más estratégica: La toma de decisiones. No podemos ver el bosque completo si no salimos de él. Si quieres, sigue enganchándote en las ramas sin saber qué camino coger.
3. La más importante: Cuidarte. Sin salud nada merece la pena. Si no paras, tu cuerpo lo hará un día sin consultarte y sin avisar.
4. La que más te va a llenar: La familia. No sabes lo que te estás perdiendo, son momentos que ya no volverán. En la familia tenemos los mejores maestros y maestras.
5. La que todos y todas queremos: La felicidad. Para qué trabajar tanto si no puedes disfrutarlo. La felicidad se vive en el día a día, desde el equilibrio entre las diferentes facetas de nuestra vida.
En definitiva, si estás de vacaciones déjate llevar y descansa. Disfruta de estos días. Y si no lo estás, aún estas a tiempo, haz las maletas y lárgate a cualquier sitio unos días.
Este es el modelo de empresario y empresaria que formamos en la Escuela de Negocios PYMES, y es la esencia de nuestro Programa IMPULSA, en el que te prepararemos a ti a tu empresa para que el próximo verano te vayas de vacaciones y sigas ganando dinero.
Samuel Chaves Díaz
Coach
Cofundador Escuela Negocios PYMES